Con la campera cerrada hasta arriba, la bufanda tapándome la boca, el gorro de lana cubriéndome la cabeza, las manos en los bolsillos y la cámara de fotos colgada al cuello, salí a caminar por el barrio en este frío lunes de agosto.
Quería ver salir el sol, así que salí tempranito, en el horario que la ciudad se va despertando. Calles desiertas, paradas repletas, ómnibus hasta el tope…caminé por Adolfo Rodríguez, crucé por un campito y llegué a la calle Santos.
En la esquina con Garzón, los trabajos de remodelación hacen endentecer el tráfico a esa hora de la mañana, chiflando bajito una canción de Jaime, me fui metiendo en el barrio buscando el sol en el horizonte.
Crucé las vías y el ojo se escapó hacia la izquierda buscando las canchas del Polo…encontré solamente casas y más casas, ladrillos y más ladrillos…continué mi camino por Santos subiendo y bajando por el cordón de la vereda.
Me cruzaban bicicletas, autos, camiones…personas caminando. Los vecinos sacando la basura me daban el buen día, los basureros con sus camiones anaranjados recogían las bolsas depositadas enfrente a cada casa.
Casi sin quererlo me topé con Propios, justito delante al Centro Salesiano, me largué hasta Avenida Sayago siguiendo mis propios pasos, dejándome llevar por los recuerdos y el presente.
El aroma de bizcochos recién horneados de la panadería El Amanecer despertó mi apetito, pero seguí caminando, pasé por la iglesia y llegué a la esquina de Ariel y Sayago.
Fue ahí donde me paré un instante a recordar, a imaginarme los jubilados saliendo de la caja y comprando unos caramelos en el quiosquito de la esquina, busqué el consultorio del dentista o las palmeras de la vieja casona….nada de eso existe hoy en día, pero igual me brotó una sonrisa de alegría por estar ahí.
Ariel era un loquero, ómnibus y autos por doquier, niños con sus túnicas blancas y sus moñas azules caminaban verso las escuelas, cruzando sin mirar las vías delante al club Sayago.
No aguanté la tentación y en donde era la primera parada del 522, me compré una rica torta frita recién sacada y me senté en la estación a esperar algún tren.
Ocho y poco de la mañana, a lo lejos una luz y un pitar…de pronto todo aquello tomó vida como hace añales, las barreras se bajaron, la campana de la estación anunció el arribo de un tren…y así fue, desde Colón la locomotora se fue acercando y paró con el mismo ruido de frenos metálicos que hacía en los tiempos del liceo.
Los autos parados por Ariel, los pasajeros subiendo y bajando de los vagones y el pito que anunciaba la salida del ferrocarril hacia el Centro.

Seguí mi viaje con rumbo desconocido, pasé por la 99, me paré en Garzón y Ariel, proseguí caminando hasta Olazábal y me introduje directamente en el pasado, en los tiempos de la almacén de Don Victor y la Juanita mangueando cigarros, busqué inútilmente la Vía de la Tablada y caminé hacia Carafí, llegando otra vez a Propios.
La Don Apolo estaba cerrada, era lunes…crucé mirando la calle por las dudas y volví a casa, me saqué la bufanda, el gorro y la campera, me preparé un café y suspiré…no por el cansancio del paseo, sino por la nostalgia de un barrio que aún está ahí, igualito y distinto, loco y tranquilo…con su gente y su manera de ser…
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Ruben, un abrazo grande....todavía se fia en en tu almacén ?
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By: gabriel on 23 junio 2012
at 4:42 pm
qué hermoso es mi barrio , con sayago en el corazón me toco emigrar dos veces , con mis padres cuando era chico y de grande por mi cuenta y por trabajo ,hoy de vuelta en mi terruño compre una casa a media cuadra de donde nací en Ariel y Olazábal , y te juro que al leerte me recuerdo cuando estaba afuera y hacia una gimnasia mental , recorría con los ojos cerrados y con mi mente todo el barrio , y hoy que volví y aferré mis raíces ,tengo un programa de radio en radioactiva fm en el límite de sayago con peñarol, mis hijos juegan en el club del barrio , van a la 110 donde yo fui , y al liceo 23 nunca me voy de aquí y entiendo cada palabra , que publicaste y te mando un gran abrazo , cuando vengas nos veremos y nos saludaremos.
soy el almacenero de ariel y martin ximeno
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By: RUBEN BONET on 22 junio 2012
at 12:09 pm
Muy buen relato Fernando , Sayago tierra de poetas y poemas inéditos. Donde estan los olivos de la Escuela No 99 ?
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By: LALO- Luis Cabrera on 23 agosto 2010
at 2:39 pm
Yo tambien anduve en Sayago la semana pasada, y al tener varias cosas que hacer miraba los cambios que para el que vive allí se hace lento pero para el que llega nota las cosas.
La verdad debo de decir que quedamos encantados de las rutas como están quedando. Es como que Montevideo cambio su forma de andar.
Fuimos en auto y recorrimos varias zonas los accesos son varios y comodísimos.
Cuando esto esté terminado va a ser muy positivo. Anduvimos por la zona del Aeropuerto y parece increible es hermoso. No entramos pero mi sobrina que lo usa a menudo me dijo que es muy futurista y eso está bueno.
El puente en Carrasco esta relindo, la entrada a Montevideo desde Santa Lucía cambió toda, pero como dice aquel famoso dicho Uruguay mantiene sus rasgos mas tipicos.
Los bizcochos son los mas ricos del mundo porque el compartirlos a la mañana en el desayuno con un mate o cafe con leche uno desgrana la vida y muchas cosas como ser las casas que se mantienen muchas iguales como hace cincuenta años o más.
Estuvimos en el Devoto punto de encuentro de los sayaguenses con cosas muy lindas que en Sayago no se ven en otros lados pero mató a los comercios pues no hay casi comercios como antes.
Se concentra todo allí. Y es así el mundo cambia ,Y porque no Sayago lo que no cambia es la alegría que nos da encontrar gente del tiempo de cuando vivíamos allí y el desconcierto de ver a las personas – y verlos como conocidos – pero que hay que hacer un esfuero para recordar quiénes son.
A todos un saludo lleno de afecto
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By: Tere on 23 agosto 2010
at 3:39 am
Fernando, que preciosa descripción de tu paseo!!!!!!!
Fue una gran alegría verte, y compartir contigo y con parte de tu familia un ratito de reencuentro.
Bueno, no cuento más porque creo que vienen más noticias tuyas por Sayago, así son más de sorpresa.
Si no te veo por aquí muy buen retorno a Italia, y seguimos comunicándonos.
Saludos Virginia
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By: virginia podestá on 22 agosto 2010
at 10:50 pm
Ya le encargué a Fer que nos averigüe porqué han sacado los olivos de la Escuela 99/110.
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By: gabriel329 on 22 agosto 2010
at 8:18 pm
Miguel, viste la foto de la estación con la fría niebla ?
Mirá que se traspasaba el frío desde la foto !
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By: gabriel329 on 22 agosto 2010
at 8:17 pm
Gladys, qué tal ?
Fernando es medio poeta y medio periodista, hay una ‘seguidilla’ de notas sayaguenses que verás cada dos días, están todas listas e imperdibles !
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By: gabriel329 on 22 agosto 2010
at 8:15 pm
Que hermoso relato, y que paseo me diste.
Gracias Fernando.
Que ganas de sentir un poco de frío y olor a pan con grasa.
Hace casi 5 años que vivo en un eterno verano insoportable.
Éste relato me refrescó.
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By: Miguel PR on 22 agosto 2010
at 1:14 pm
hola fernando,
estoy sentada al lado de mi hija yo con mi compu y ella con la de ellla,y en cuanto empezaron a aparecer tus fotos , fue hermoso poder mostrarle ….aquí es la escuela donde yo fui…y esta otra.
Qué suerte que estás ahí para vivirlo !,
me sorprendióo lo del campo del polo.
Mi abuelo que ahora tendría 105 años empezó trabajando allí para los ingleses cuidando de los caballos de polo. En 1966 en adelante iba a remontar cometas con mi abuela , mi hermano y mis primos,y a juntar ramas de olivo para la misa de ramos…
Supiste alguna vez de las galletas de la panaderia argentina de peñarol que son famosas ..todas hojaldradas?
Te deseo una buena estadía y gracias por tu paseo que aquí sentada ,un domingo en el sur de suecia también lo recorrí con tu relato.
gladys
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By: gladys ewers on 22 agosto 2010
at 10:50 am