Releyendo el post Cuando era chico no había, pongo antención en todos los comentarios que nos hace Alicia desde Barcelona, y claro, a mi también se me vienen a la cabeza un montón de recuerdos que tenía escondidos, olvidados, entre ellos la llegada del kerosenero, así nos lo cuenta ella :
Pasaba el kerosenero, con sus tachos de latón, abrían las canillas y llenaban un tanque que teníamos para que la cocina Volcán funcionara, nos encantaba “darle bomba” y ver como subía la presión del reloj….
Para la estufa – también Volcán – con sus radiadores de cerámica.. para la lámpara que siempre había que tener pronta por los apagones.
El Kerosenero, que hacía el reparto casa por casa, confieso que lo tenía totalmente olvidado, pero al nombrarlo Alicia volví a verme en la puerta de calle de mi casa, viendo como cargaban las damajuanas que quedarían para nuestro uso; hacían el trasiego desde unos grandes “tachos” de metal, que sepan disculpar mi ignorancia, no tengo idea de si tenían algún nombre propio o si eran de determinada capacidad en litros…..
La cocina Volcán en la que cocinaban mi madre y abuela ya viví como antigua, claro, creo que enseguida dimos el paso a la eléctrica : “ como el horno de la eléctrica no hay” decía mi madre que hacía unas tortas caseras impresionantes…..Tampoco las eléctricas olían a kerosene…..eran muy asépticas…el único aroma era el de lo que cocinabas…..
Pero sí recuerdo el “darle bomba”, “que se apagaba, que había que subir la presión”….en otras casas descubrí, con el tiempo – aunque arrumbadas en algún galpón – las “económicas”, las de leña, que hoy son tan buscadas y restauradas.
En un WhatsApp que quizás a alguno de uds les haya llegado, circulan unas fotos de un carro de Conaprole, de un primus, de una estufa Volcán, y otros elementos mas, lo que no transmiten estas fotos son las vivencias que venían adheridas al uso de los artefactos, cosa que sí lo hacen vuestros comentarios. De este mensaje viral he extraído la foto que publicamos.
Se nos pasó algo por alto? Qué mas recordás de casa, de la cocina?
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Ricardo, desde mi visión del Primus como la precariedad en la cocina al conocimiento posterior de que debido a que el kerosene no se congela pudo ser utilizado para la conquista del Polo Sur por aquellos increíbles exploradores, cambié de opinión.
Era tecnología de punta! Solo pensar en que con temperaturas bajísimas este artilugio era capaz de cocinar y calentar la comida en la Antártida, lo elevó a la categoría de héroe.
Gracias por tus comentarios.
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By: gabriel on 10 septiembre 2020
at 6:32 am
Ricardo, una maravilla tu tecnología de entonces! Y qué grande tu madre que te impulsaba a tener estas comunicaciones espaciales!
Las Volcan tenían su «historia», había que tratarlas con mucho cariño y conocimiento……
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By: gabriel on 10 septiembre 2020
at 6:24 am
El Primus –gran invento sueco– con la caldera encima para calentar el agua para el mate. Que después que hervía – o un poquito antes, que agua hervida es mala para el mate, o así lo aseguraba mi vieja – la sacabas y ponían un ladrillo en su lugar, para calentar la pieza. Porque como nos hicieron creer en la escuela, pero resulta que era puro cuento, “el Uruguay tiene un clima templado y moderado, sin grandes extremos…” ¡Ja, ja, ja! ¡Como no! Te morís de calor en verano y de frío en invierno. Y de humedad todo el año…
Claro que no es solo culpa del clima, sino de la arquitectura que le copiamos a los españoles e italianos, que en climas mediterráneos funciona, pero por la húmeda penillanura oriental es lo mas disfuncional que te podés imaginar… Yo me acuerdo de cada uno o dos años tener que picar la pared hasta medio metro o más del suelo con cortafierro y martillo para volver a revocar y encalar, porque la humedad trepaba, la pintura se caía a pedazos y la pared parecía una selva, toda llena de hongos. Y eso que a la cal le poníamos agua de tunas – para fijarla a la pared – y Espadol, el desinfectante, para que justamente no agarrara hongos. Si, Juan, vení mañana que hay croquetas… Y la ropa con olor a humedad en los roperos…
Abrazo desde California,
Ricardo
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By: Ricardo Fernandez on 9 septiembre 2020
at 5:52 pm
No, no hace tanto… Apenas ayer. Como decía Faulkner, «el pasado no está muerto. Ni siquiera es pasado.» Y que razón tenía….
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By: Ricardo Fernandez on 9 septiembre 2020
at 5:34 pm
Mi vieja amaba cocinar con las hornallas de la Volcán, aunque reconocía que en materia de hornos, no había nada como el de la «económica» o a leña. Del olor a querosén, nunca se quejó… Salvo cuando no le ponías suficiente alcohol azul –usando la “alcuza”, que me parece es una palabra árabe, mirá las vueltas de la vida, del Califato de Córdoba a la República Oriental– y entonces al tratar de prenderla salían unas llamas y un humo grasiento asqueroso y maloliente que inundaba toda la casa…
No me acuerdo como se llamaba esa pieza metálica larga y fina por donde circulaba el querosén por dentro, que tenia una llave al frente que la tenías que girar para dejar salir el combustible ya convertido en gas hacia las hornallas. Lo que se es que mi viejo a menudo lo desarmaba para limpiarlo bien con un cepillo de alambre y hacer que la combustión fuera limpia y eficiente. Y que el querosén llegaba en damajuanas de diez litros con canasta de mimbre, que a su vez las llenabas sacando el combustible de los tanques, barriles o tambores de latón de 200 litros.
En cuanto al uso que vos y tus hermanos hacían de ella, te cuento que yo me «comunicaba» con los aviones de Pluna, primero y con la base terrestre desde el espacio, después, usando un costurero de mi madre que tenia unas decoraciones en el frente que a mi se me antojaban eran perillas y el parlante de una radio. Y había conseguido permiso de la vieja para hacerle un agujero en el costado de una olla de aluminio vieja para que sirviera de visor al casco espacial en que la convertí. Y la nave eran unos cajones enormes de madera que el viejo usaba para las mudanzas, y que yo metía entre dos escaleras. Porque cajón que está en el aire, clavado que es nave espacial. Si esta en el suelo, nah’ que ver: o auto, o camión, o a lo sumo barco, pero para volar, tiene que estar en el aire, no?
Abrazo desde California,
Ricardo
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By: Ricardo Fernandez on 9 septiembre 2020
at 5:30 pm
Hola!, yo recuerdo todas esas cosas, algunas al verlas nombradas se me vinieron a la memoria nuevamente, también recuerdo las estufas Solmatic,aquellas con tanque redondo rojo, y las James, con los dos tubos negros, qué problema encenderlas y que no olieran a kerosene!!, y todo un tema el ir a comprar el kerosene al almacén de la esquina, que en la misma botella de leche no porque deja olor, que si no había, que si lo guardaba para los clientes mas asiduos, era un temón!,y de comprar los fideos y azúcar, etc, suelto, envueltos en papel, que mano para envolver tenían los almaceneros!, creo que de todas las cosas de aquella época , lo que mas sobrevivió fueron las antiguas máquinas de coser Singer, aún se ven, y funcionan.
Recuerdo las cocinas «económicas», aquellas de leña, yo llegué a ver y comer de casas de familiares y conocidos, no era tan raro, mucha gente cocinaba en ellas, y hablamos de los 70 y ochenta, no hace tanto, o sí!
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By: alvaro on 2 febrero 2019
at 8:21 pm
Myriam, la cocina Volcán tenía unos protocolos de uso nada fáciles, era muy natural que no fuera el «electrodoméstico» ( se puede decir así ? ) preferido de la casa, aunque era invevitable si una torta o unas carnes se querían hacer en casa….siempre estaba aquello del olor a kerosene…..te diré que en casa se archivó rápidamente y pasamos a la eléctrica….
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By: gabriel on 2 febrero 2019
at 2:49 pm
A ver, lo bueno es que si nos ponen algunos de estos objetos delante sabríamos cómo utilizarlos!!
Recuerdo el carrito de La Libertad, propiedad del Sr Aulet, que ahora pienso, de descendientes de catalanes podría ser…..
Ay Alicia, si habré visto a mi abuela hacer los ravioles caseros cuando sabía que vendría de visita su hijo mayor!!
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By: gabriel on 2 febrero 2019
at 2:46 pm
Hola.. si tenderemos recuerdos almacenados,,, en mi casa pasamos dela Volcan,a la supergàs junto con la estufa,, como decÌa mi madre,,que era màs limpio,, Al dìa de hoya pesar de que està todo para el gas natural,, prefiero usar bombona,, lo mismo que teniendo estufa de leña, que solo la encendemos para un asadito eso si con carbòn,porque subir dos pisos 500 kilos de leña ya no nos da el fisico jajjajja,. El gas de bombona tiene un fuego màs fuerte..
En casa habìa el palote de cuadraditos, donde despues de marcarlos, pasa`bamos si la famosa ruedita,.. Siempre habìa un tarro de grasa de cerdo, para las tortas fritas,, todo se guardaba en lata… la yerba Sara venia en tarros de 5 kilos,,, y dentro traìa una jarra de cerveza con el relieve de un enanito,, jajjaj las cosas que se coleccionaban.
Las barritas Colibrì ,, chocolate con menta del Aguila,,, las figuritas que traìan,,, me fui por las ramas del tema.,.
Pero empezas a recordar y te vienen miles de cosas,,, El famoso pomo de laca Laquenet,, que te hacìan un peinado llamado NIDO,, y despues te echaban de esa laca y quedabas duro jajjaj
Por mi casa pasaba el carro del pannadero de la Panaderia LA LIBERTAD,, carro con caballo,,, compràbamos el pan y algùn bizcocho para la merienda,, Bueno la dejo acà si no se hace muy pesado,, Saludos desde las Barcelonas,
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By: alicia on 2 febrero 2019
at 2:36 pm
Hola para tod@s, cuantos recuerdos atesorados en un rinconcito de la memoria y el corazón!!!, la cocina volcán, la ruedita de ravioles y el palote, la ñoquera , la máquina de hacer puré, la máquina de picar carne el rallador de queso con su dientes, las planchas sobre fuego de hierro macizo, las que llevaban carbón dentro, las grandes ollas y sartenes de cobre, pero para mi lo que más llamaba mi atención era una enorme máquina que estaba en casa de mi abuela paterna, era un molinillo de café, esos de manivela, pero no se si se podía o lo habían adaptado porque molian pan seco para hacer pan rallado, o quizás era un molinillo de pan? Me encantaba dar vuelta la manivela
Les cuento sobre la cocina volcán, en mi casa no tuvo mucho éxito, a mi padre no le gustaba , y mi madre no le dio con el manejo por consiguiente galpón con ella, pues estaba mi niñez cargada de fantasía sobre viajes espaciales, la cocina con sus perillas, bomba, tanque, era nuestra nave.
Disputabamos mis hermanos y yo el control de la misma, y era tal la imaginación que íbamos rumbo a las estrellas, hasta teníamos escalafón de mando, tan poco teníamos y que felices fuimos, abrazo Myriam
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By: Myriam on 2 febrero 2019
at 1:21 pm
Hola, cómo están?
Recuerdo los Primus, que también era necesario darles bomba y encenderlos con alcohol azul.
En casa había una planchita de hierro que se calentaba en las jornadas de la cocina que servía para quemar el azúcar del postre crema quemada.
También recuerdo una especie de prensa para hacer puré de papas y la famosa ruedita dentada para cortar los ravioles, utensilio qué pasó de generación en generación.
Saludos y nos comunicamos pronto!!
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By: Virginia Podestá on 2 febrero 2019
at 1:09 am