Feliz Año 2020 para todos y todas y Felices Reyes. Cada año se renueva la ilusión de los niños en este día tan mágico, día en que acaba – como gran final de fiesta/s – el ciclo navideño…Quién no esperó hasta quedarse dormido ver a los Reyes, o se levantó tempranísimo sin que nadie lo llamara para ver qué había cerca de sus zapatitos?
Espero que hoy hayan tenido algún regalito, bien material o bien recibido de la sonrisa de algún peque de la familia!
Banco celebratorio del cincuentenario del Liceo Sayago, durante el 2018.
Muchos están de vacaciones por el hemisferio sur, otros nos toca ahora sufrir un poco de frío y retornar a las tareas habituales, espero que se encuentren en el punto geográfico que sea, tengan tiempo para ir leyendo los artículos que iremos publicando.
Hoy como avance verán una imagen que nos llegó de parte de Angelita, quien participó en la organización de los festejos. La foto elegida es un homenaje que se deduce ha realizado el Club de Leones de Sayago por dicha efeméride. Vale decir que los Leones de Sayago, junto a un grupo de vecinos y lo que se suele llamar «fuerzas vivas» del barrio, fueron protagonistas de la cruzada que llevó a la consecuente inauguración del, por entonces, novel Liceo 23.
Eran años de muchas acciones sociales en Sayago, recuerdo la comisión que se había formado para conseguir la iluminación de gas de mercurio en el Camino Ariel…y si no me equivoco, algunas de esas personas luego siguieron por el camino de mejoras para el barrio participando también en el acuciante problema de entonces de la falta de un liceo en la zona.
Todos aquellos que quisieran asistir a secundaria, debían desplazarse a Colón – Liceo 9 – o a alguno de los liceos privados mas cercanos, que lógicamente, no estaban al alcance de la mayoría de los padres.
Era muy pequeño entonces, estaba en 5º de escuela, por lo que no puedo recordar ni los nombres individuales de las personas ni el resto de las instituciones o «fuerzas vivas» que participaron de este emprendimiento.
Creo que sería un estupendo homenaje el de comenzar a esbozar o sacar del olvido el «cómo y el quienes» llevaron a cabo esta tarea.
La memoria de los hechos está repartida entre todos, a ver si hacemos «fuerza» y vamos reconstruyendo los hechos.
Lo que sí recuerdo, es que burocráticamente fue todo un desafío….vagamente me viene a la mente alguna reunión en casa con algunas de las personas que seguían de cerca el tema….un ejemplo de lo difícil que debe haber sido – y lo relaciono porque lo viví mas de cerca – es cuando la Escuela 110, que para ese entonces no tenía nombre, propuso llamarse Fernán Silva Valdés. El poeta aún vivía, por lo que hacía difícil que se aceptara, hubo que usar todo tipo de argumentaciones para vencer y convencer a las autoridades.
Esperamos vuestros comentarios y vuestros recuerdos!
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Villa Sayago 
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