La tienda de De Álava, al lado del Bar Adipe

Mucho, muchísimo tiempo antes de que la disquería Sayari ocupara su lugar, había, al ladito mismo del Adipe una tienda de barrio, propiedad de la familia De Álava o Álava a secas, no lo tengo claro.

Allí, con 18 años comenzó su vida laboral mi madre y con ello a conocer cara a cara – en el trato cordial de los negocios de antaño – a todas las vecinas de Sayago.

Desconozco si la tienda de Álava ( usemos esta variante para acortar los «de De» ), fue contemporánea con la Casa Novo, ese dato no lo poseo, pero sí sé que el Adipe en ese entonces era atendido por su propio dueño : Antonio Adipe, integrante del equipo olímpico uruguayo, ex boxeador y deportista de renombre para la época. Recordá lo de ex-boxeador categoría «medio pesado» y hacete una idea de su macizo físico y de manos no necesariamente pequeñas.

Mi madre contaba siempre que una tarde se apersonó por la Mercería un mendigo, bastante andrajoso lo recuerdo, de los que usan el pretexto de la «reciente operación» que pretenden mostrarte realmente. Se supone que la cicatriz o era de una gran apendicitis o estaba muy baja, pues el buen hombre ni bien entró e hizo su «speech», comenzó a bajarse los pantalones. No eran épocas como la actual, donde todo el mundo anda con los pantalones mostrando los calzoncillos…..

Entró en pánico, no había otra salida que la que el mendigo bloqueaba, no sabía qué hacer !

De repente, como por arte de magia, el mendicante comenzó a elevarse del suelo.

No levitaba solo, detrás e invisible para mi madre, estaba Antonio Adipe, que sosteniéndolo de las solapas se lo llevó en el aire hacia el exterior y me imagino que lo disuadió de retornar, ni al bar ni a la tienda ni al barrio, supongo.

Con los años conocí a la familia Adipe, Antonio y Sra. y a su hija Milagros, ya no tenían el bar y la anécdota era una mas de las cuales reirse.

Mis padres siempre recordaban además, que habían pasado una bonita «luna de miel» en la casita que ellos poseían en Costa Azul.

Cuentos e historias de barrio.

¿ Viste algún monumento o placa que recuerde a un Olímpico como fue Antonio Adipe en Sayago ?

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La familia Álava por su parte, vivía en una hermosa casa quinta en Villa Colón, que supe visitar por lo menos una vez, ya con sus propietarios muy viejitos. Pasaron los años, visité muchas veces mas Villa Colón, pero no pude recordar dónde había ido de niño.

La casa estaba en el entorno del viejo Colegio Pío – donde se casaron mis padres – no recuerdo la calle, sí que tenía un gran matorral al fondo de cañas de la India, las mas grandes y gruesas que he visto aún hasta hoy.

Rodeaba la edificación, una balconada al estilo de las casas que vemos en las películas de la selva y como ellas tenía un alero y mecedoras, era como otro mundo.

Siendo mas jóven, mi madre la visitaba frecuentemente, ya que era muy amiga de la hija de los Álava, con ella jugaba y descubrían los recovecos de la gran mansión. Un día subieron al desván, lugar de estudios de otro de los hermanos, fue llegar arriba y bajar las dos en un grito !!!

En el medio de la habitación, semioscurecida, había un esqueleto humano cuidadosamente armado por el futuro médico de la familia.

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